Aunque los periquitos pueden reproducirse durante todo el año si tienen abundante alimento y se encuentran en un interior o una zona donde las temperaturas no desciendan mucho en invierno, lo mejor es dejarles criar en los meses en los que los días son más largos. Los meses de primavera y otoño son los mejores momentos para dejarlos criar, siendo por el contrario, los meses de más frío y menos luz diaria los menos recomendables.
Circunstancias en las que no debemos dejar criar a nuestros periquitos:
- Si tienen algún tipo de enfermedad, o lesión física que les impida estar al cien por cien durante la nidada. Esto incluye entre otras, falta de vitaminas, ácaros del pico, malformaciones genéticas que pudieran ser hereditarias…
- Si son parientes cercanos, es decir, si la pareja que va a criar son dos hermanos, o una madre y un hijo, es mejor no dejarles criar, ya que pueden tener problemas de consaguinidad y sus taras genéticas hereditarias son más posibles que las hereden las crías, al tener ambos progenitores los mismos defectos genéticos. Por tanto pueden surgir mutaciones, polluelos débiles, e incluso embriones que no llegan a salir del huevo o que no alcanzan el nivel de vida de un periquito corriente.
- Si están en una época en la que no podamos vigilar el desarrollo de la cría. Pueden surgir problemas que necesiten nuestra intervención.
- Si no tienen un nido adecuado o una jaula adecuada para ello. La jaula preferiblemente debe ser grande, y debemos prever que haremos con las crías que nazcan. Si las dejaremos en la misma jaula o las trasladaremos a otra.
- Si acaban de salir de una nidada anterior o han criado más de dos veces en el mismo año. Sacar adelante dos nidadas seguidas es algo muy costoso que les lleva a la pérdida progresiva de masa muscular, trastornos nutricionales y carencias. Solo debemos dejarles criar una vez, a lo sumo dos veces en un año, y lo ideal sería dejarles unos seis meses o un año de descanso tras la cría.
- Si en nidadas anteriores las crías que han nacido tienen algún defecto, como la muda francesa o la dislocación de alguno de sus miembros entre otras.
- Si la hembra o el macho tienen menos de un año, o más de seis años en el caso de las hembras. Los machos pueden seguir siendo fértiles unos cuantos años más, pero no es aconsejable dejar criar a una pareja mayor, porque pueden morir de agotamiento.
- Si no les aportamos el alimento necesario para este periodo. Es muy importante que tengan a su disposición frutas y verduras variadas y frescas todos los días, además de la mezcla habitual, y pasta de cría y otros complementos que creamos necesarios, como el panizo y el calcio.
- Si no podemos asegurar quedarnos con las crías o repartirlas entre familiares, amigos, tiendas y criaderos. Debemos molestarnos en asegurarle un buen futuro a los polluelos, incluido un buen hogar o un lugar en el que puedan venderlo y lo atiendan bien.
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